La mayoría de nosotros conocemos la diabetes, pero aparte de saber que tiene que ver con los niveles de azúcar en la sangre y la insulina, puede ser confuso entender los diferentes tipos y lo que puede ponernos en riesgo de desarrollar la enfermedad.
La diabetes de tipo 1 es una enfermedad que suele diagnosticarse en la infancia. Es una enfermedad autoinmune que se controla con inyecciones de insulina y que no puede revertirse. Aunque los cambios en la dieta pueden ayudar a controlar la enfermedad, sigue siendo necesaria la medicación para controlarla.
La diabetes de tipo 2 puede desarrollarse en la infancia o en la edad adulta y se produce cuando el cuerpo no produce suficiente insulina o no puede responder adecuadamente a la insulina, lo que provoca un aumento de los niveles de azúcar en sangre. Este tipo de diabetes suele estar relacionado con la obesidad, una dieta poco saludable, la inactividad física, el tabaquismo o la hipertensión arterial o el colesterol alto. La diabetes de tipo 2 puede revertirse o controlarse con cambios en la dieta o tomando medicamentos. Si no se trata, la diabetes de tipo 2 puede provocar daños en los órganos debido a los niveles excesivos de glucosa (azúcar) en sangre.
La prediabetes es una enfermedad que puede preceder a la diabetes de tipo 2. Tener prediabetes significa que los niveles de glucosa en sangre son más altos de lo que deberían ser, pero no lo suficientemente altos como para convertirse en diabético.
Prediabetes, dieta y estilo de vida
Se calcula que alrededor de 1 de cada 3 adultos tiene prediabetes y muchos de ellos no lo saben. Por ello, es imprescindible conocer los cambios en el estilo de vida que podemos hacer, para evitar tener prediabetes o para revertirla y evitar que se convierta en diabetes tipo 2. Sobre todo, si tiene alguno de los factores de riesgo mencionados anteriormente, como el sobrepeso o la obesidad o la hipertensión arterial o el colesterol.
Mantenerse activo y dejar de fumar si se fuma son factores importantes para prevenir o revertir la prediabetes. Se recomienda que todos hagamos 150 minutos de ejercicio aeróbico moderado a la semana, más dos sesiones de ejercicio con pesas. La actividad aeróbica moderada puede consistir en caminar a paso ligero, montar en bicicleta, correr despacio, practicar deportes de raqueta o aeróbic acuático. El ejercicio con peso incluye levantar pesas, utilizar el propio peso corporal como resistencia, como cuando se realizan sentadillas y estocadas, trabajos de jardinería pesados, yoga y Pilates.
Pero quizá el factor más importante sea la dieta. Si corre el riesgo de desarrollar prediabetes, o quiere asegurarse de no hacerlo, se recomiendan los siguientes consejos dietéticos:
- Come al menos cinco raciones de fruta y verdura al día, principalmente verduras, ya que el azúcar tiene un alto contenido en fructosa, un tipo de azúcar de la fruta.
- Si comes carne, cambia las carnes rojas o procesadas por carnes blancas magras, como la pechuga de pollo.
- Opte por otras fuentes de proteínas magras y bajas en grasa, como los huevos, los lácteos bajos en grasa, el pescado, las alubias, las lentejas y los garbanzos.
- Elija el pescado azul, los aguacates, los frutos secos y las semillas para obtener grasas insaturadas saludables.
- En cuanto a los carbohidratos, elija pan, pasta y arroz integrales y ricos en fibra, en lugar de las versiones blancas con alto contenido en azúcares refinados. Las verduras de hoja verde también son un gran aporte de fibra.
- Manténgase hidratado bebiendo agua e infusiones, en lugar de bebidas azucaradas y gaseosas.
- Asegure los alimentos a la parrilla o al horno, en lugar de freírlos o asarlos en cantidades excesivas de aceite.
- Evite las cantidades excesivas de grasas saturadas, azúcar, sal y alcohol.
- Los alimentos deben ser de alta calidad.
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Piensa en todos estos pasos como un estilo de vida, en lugar de obligarte a hacer una “dieta”, y será más fácil de seguir. Tus niveles de azúcar en sangre y tu salud futura te lo agradecerán sin duda.