Las reacciones físicas a los alimentos son frecuentes. Si bien las alergias alimentarias son responsables de algunas de estas reacciones, la mayoría son causadas por una intolerancia alimentaria (también conocida como sensibilidad alimentaria). Los síntomas de ambas son similares, lo que puede causar confusión.
En el caso de una alergia alimentaria, el sistema inmunitario actúa erróneamente como si un determinado alimento fuera peligroso y produce anticuerpos para intentar neutralizarlo. Las sustancias químicas, como la histamina, que entran en el torrente sanguíneo durante este episodio pueden dar lugar a una oleada de síntomas que pueden afectar a diferentes órganos del cuerpo. Estos síntomas pueden ser muy variados, desde una irritación leve hasta síntomas graves o incluso potencialmente mortales.
Las intolerancias alimentarias, causadas generalmente -pensamos- por la incapacidad del organismo para descomponer o digerir determinados alimentos o ingredientes, no implican al sistema inmunitario y suelen ser menos graves que las alergias. Mientras que algunos síntomas aparecen inmediatamente después de comer, otros pueden tardar unas horas en materializarse. Este retraso puede dificultar la identificación del origen de la sensibilidad, lo que hace que muchas intolerancias no se diagnostiquen.
¿Cuáles son los síntomas de una intolerancia alimentaria?
Aunque muchas intolerancias alimentarias afectan al sistema digestivo, la región afectada y los síntomas precisos varían mucho entre las personas, así como los diferentes alimentos e ingredientes implicados. Estos son algunos de los síntomas más comunes a los que hay que prestar atención.
Problemas digestivos
Los problemas digestivos son, con mucho, el síntoma más común de la intolerancia. Los síntomas más reportados son:
- Hinchazón después de comer
- Dolor abdominal
- Reflujo ácido
- Diarrea
- Dificultad para perder peso
- Exceso de gases
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Problemas con la piel
La vida con la piel seca, llena de bultos y con picores puede ser un reto, y a menudo es difícil identificar la causa. Hay muchas causas potenciales para los problemas de la piel, la intolerancia a los alimentos es una de ellas.
- Acné
Problemas psicológicos
Un dato poco conocido: el intestino produce el 90% de la serotonina del cuerpo (conocida como la hormona de la felicidad). Así que no es de extrañar que los alimentos que consumes puedan tener un impacto directo en tu estado de ánimo.
- Fatiga
- Depresión
- Ansiedad
- Hiperactividad
- Los latidos del corazón rápidos
Causas comunes de la intolerancia alimentaria
Cada uno de nosotros viene con su propia fisiología, lo que hace difícil generalizar en lo que respecta a las intolerancias alimentarias. No obstante, la investigación y la experiencia nos señalan los sospechosos habituales, empezando por los que aparecen a continuación.
- Falta de enzimas
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Las enzimas desempeñan un papel fundamental en el proceso digestivo, ya que nos permiten descomponer los alimentos en una forma que podamos asimilar y absorber de forma óptima los nutrientes importantes. Si faltan ciertas enzimas o carecen de ellas, su digestión puede verse comprometida.
El ejemplo más común es probablemente la intolerancia a la lactosa. Debido a un nivel reducido de la enzima lactasa, los afectados tienen dificultades para descomponer y absorber la lactosa, un azúcar que se encuentra en la leche y otros productos lácteos.
- Químicos naturales
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Ciertos alimentos contienen sustancias químicas que tienen un efecto tóxico en los seres humanos, causando trastornos digestivos. Las alubias poco cocidas, por ejemplo, contienen aflatoxinas, mientras que las alubias totalmente cocidas no. Esto explica en parte por qué las personas pueden reaccionar a ciertos alimentos en algunas ocasiones y en otras no.
- Aminas
Las aminas son producidas por las bacterias durante el almacenamiento y la fermentación y, por lo tanto, se encuentran en alimentos como el pescado que no han sido almacenados correctamente. Entre ellas se encuentra la histamina, una sustancia química corporal producida por los sistemas digestivo, nervioso e inmunitario, y que se asocia con frecuencia a las intolerancias alimentarias.
En la mayoría de las personas, la histamina se metaboliza y excreta fácilmente. Sin embargo, algunas personas no pueden descomponerla adecuadamente (debido a la alteración de las enzimas encargadas de su descomposición), lo que provoca una acumulación en el organismo. Las personas especialmente sensibles pueden experimentar síntomas similares a la anafilaxia (una fuerte reacción alérgica).
- Salicilatos
Presentes en muchos alimentos, los salicilatos (derivados del ácido salicílico) son sustancias químicas naturales producidas por las plantas como defensa natural contra factores de estrés ambiental como insectos, bacterias y enfermedades. Debido a sus propiedades antiinflamatorias, se ha descubierto que los alimentos con altos niveles de salicilatos protegen contra enfermedades como el cáncer colorrectal.
Los salicilatos se encuentran en los alimentos procesados, así como en la mayoría de los alimentos de origen vegetal, como la mayoría de las frutas y verduras, las hierbas, los aromas de menta, la salsa de tomate, el café, la miel, los frutos secos y los aditivos aromáticos.
- Intolerancias individuales
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Por razones desconocidas, ciertas sustancias desencadenan sensibilidades en determinadas personas, pero no en otras. Los culpables más comunes son
- Los sulfitos, presentes en el vino tinto y en algunos medicamentos
- Edulcorantes artificiales, como el aspartamo, presente en muchas bebidas gaseosas
- Glutamato monosódico (GMS), utilizado como potenciador del sabor en muchos alimentos
- Colorantes y conservantes, como el colorante tartrazina y los benzoatos
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Cómo gestionar una intolerancia alimentaria
La forma más eficaz de tratar la intolerancia es simplemente eliminar la sustancia ofensiva de la dieta. A veces, el cuerpo puede tolerar el alimento si se evita durante un tiempo y luego se reintroduce en pequeñas cantidades. Si no sabes cuál es la raíz de tus síntomas o sospechas que reaccionas a un alimento concreto, un test de intolerancia alimentaria puede ayudarte a atar cabos.
Lo más importante es que, si te preocupa alguno de los síntomas que experimentas, siempre es aconsejable que visites a tu médico de cabecera. Y busca siempre el consejo de un médico especialista o de un terapeuta nutricional antes de eliminar ciertos alimentos o reintroducirlos en tu dieta.